1917 - 1926 | 1927 - 1934 | 1935 - 1942 | 1943 - 1949 | 1952 - 1960
1962 - 1967 | 1968 - 1973 | 1974 - 1979 | 1980 - 1987 | 1988 - 1994

1927 En el internado tiene como profesor a un cura alemán, Guillermo Jünemann Beckschäfer, que sabía griego, latín, sánscrito, arameo y enseñaba español. "Con él aprendí a leer por dentro a los clásicos, y no es raro que más tarde recibiera por una oreja toda la vivacidad de la vanguardia y el juego de rupturas, pero por la otra oreja recibía también todo el ejercicio y el poderío de la tradición. Entonces, en la punta de mi cabeza de muchacho, estas dos confluían y se daban en una síntesis que será el centro de mi trabajo poético" (Zerán, 1992:28).

1928 Recordando la niñez de ese plazo es que, años después, escribe "Orompello" ¿Qué es Orompello? Apenas el nombre de una calle de Concepción que a su vez recuerda otro nombre: el de una heroína registrada en La Araucana de Ercilla. Calle residencial y apacible hasta un límite, y más allá de él noctámbula y lujurioso desde los primeros tiempos de la metrópoli. Justo en el cruce alquiló la madre una casa que fue morada y a la vez albergue para estudiantes universitarios, pues del excedentes escaso, producto de esas rentas de hospedaje mensual, había que proveerlo todo. Dignidad y pobreza; pobreza acomodada, que es la pobreza más pobreza de todas las pobrezas. Allí vivió el muchacho. Allí soñó, padeció la aspereza en profundidad" (Hilda May:59-60).

1929 Continúa en el Internado de Concepción. "Yo era becado, pero para poder conservar la beca año a año, tenía que ser el mejor estudiante. Eso me creo no un proyecto de ventajismo, pero sí un ritmo de disciplina: ser el mejor estudiante, el mejor posible" (Piña:95).

1930 Por esos años (1927-1934), el "período larvario" del que él mismo ha hablado, lee infatigablemente en la biblioteca del Internado: a los clásicos -Séneca, Marco Aurelio, Agustín de Hipona-, a los franceses de los siglos XVIII y XIX, a los españoles del Siglo de Oro -"se detuvo largamente en Gracián, en el que el aprendiz descubrió la elipsis, la antítesis, la paradoja, el epíteto exacto" (Hilda May:85)-, y hace sus primeros escarceos en los fundadores de la lírica de la modernidad, en especial Rimbaud y Baudelaire. Son los suyos estudios sistemáticos y profundizados, en el encierro casi claustral del internado.

1933 "A los catorce o quince años yo escribía líneas, líneas que no se desarrollaban por entero. Eran especies de gérmenes de pensamiento que anotaban en unos papelitos, en unas libretitas y que a veces desarrollaba. Ya los 16 años me atrevería a decir que era capaz de componer, en el sentido de armar una composición, de armar una construcción poética" (Piña:97).

1934 Faltándole aún dos años para terminar la educación secundaria -habiéndole sido todo triunfo hasta ese momento-, siente que debe dar un salto, ser otro, siendo él mismo. "La madre vio en esto lo contradictorio de su persona y, con su entereza habitual, lo dejó elegir. Era 1934. Por esos días conoció a algunos jóvenes mayores que él, buenos lectores y bien disciplinados, especialmente en la línea de la poesía francesa (...). Al término de ese año, después de algunos diálogos con la madre y de acuerdo con unos hermanos de su padre que vivían en el extremos norte del país, decidió una nueva mudanza y se marchó de Concepción a Iquique" (Hilda May:95). Se embarca en Talcahuano, en el "Fresia", de la Sudamericana de Vapores, con boletos de tercera clase y recorre una buena parte del litoral de Chile, andando primero en Valparaíso y luego en Coquimbo. En Valparaíso, en la vieja librería "La Joya Literaria" de calle Condell, compra el Retrato de un artista adolescente, de Joyce, en la traducción de Dámaso Alonso para la editorial Osiris, de Santiago. "De vuelta en el barco, en la semisoledad y desamparo de sus 16 años, descubrió que en ese libro estaba su propia vida" (Eugenio Rodríguez 1992:2). El mismo cuenta: "Leía mucho y quería vivir y desesperezarme. Escribía por gozo, desperezándome como, un animal nuevo. Así fue como anclé en Iquique, después de volver del Perú" (id). Allí se reincorpora a los estudios de secundaria. Se relaciona con los mineros del salitre; por ellos se informa del legendario Recabarren. Sus lecturas las incrementa con Maiakovski, Esenin y una vuelta, más lúcida, a Pezoa Véliz y Baldomero Lillo. Agrega a los poetas españoles del 27, publicados en El Sol y en la Revista de Occidente, que llegaban a la Biblioteca "Cervantes" de Iquique.


SISIB y Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad de Chile